La basura se come al Distrito Nacional

Si antes el problema era de gestión de la ciudad de Santo Domingo, hoy este es mucho mayor. Desde la instalación de los Gimnasios públicos, hasta la recuperación de espacios para el sano encuentro de la familia dominicana, han sido importantes tareas realizadas por quienes desde hace 20 años hasta la fecha han logrado administrar la ciudad de Santo Domingo, sin embargo, en otros importantes aspectos se han quedado cortos.

Bastaría con realizar una extensa investigación sobre el manejo de los desechos sólidos en la ciudad para comprender que, aunque el fotógrafo del Alcalde es muy bueno, la ciudad no va como sus fotos.

Es evidente no sólo la falta de educación ciudadana respecto al papel de estos en torno a los residuos sólidos, sino también el establecimiento de políticas para su manejo, procesamiento y destino final por parte de la autoridad.

Recurrentemente, el tema de la basura es de gran preocupación para quienes en el Distrito Nacional vivimos. Es más que evidente no solo la contaminación que producen los residuos sólidos en la vía pública, sino también la ausencia de un sistema de clasificación y reciclaje y la falta de políticas públicas y de educación ciudadana para clasificar los desperdicios según su naturaleza, todo esto afectando la salud de muchos de nuestros munícipes en barrios de la ciudad capital

¿Y las autoridades? ¡Bien gracias!

¿Una muestra? Esta semana publicamos en nuestras redes sociales fotografías en las que se ven grandes niveles de desechos acumulados en una zona en donde no sólo viven muchas personas como la Duarte, sino también, un espacio en donde se vende y distribuye un porcentaje alto e importante de los alimentos que se consumen en todo el Distrito Nacional y pueblos cercanos, sin recibir respuesta alguna.

¿Es esta dejadez que se muestra allí el “amor por la ciudad” que tanto profesa el alcalde David?

Nos luce, que el famoso “amor por la ciudad” solo es eslogan de campaña, campaña, que pasado el proceso electoral al parecer no termina, puesto que, el Alcalde y la Alcaldía, desde su juramentación, solo se han dedicado a “lavar” la cara de la ciudad capital.

Y es que amor por la ciudad no es pintar de color gris una acera o de azul un poste de luz, amar a la ciudad es velar no solo porque ella esté limpia, sino también organizada, vivible y humana.

Despierta David, que la ciudad agoniza y muere por la insalubridad que causa la acumulación de la basura en nuestras barriadas.

La administración de ciudades grandes como la de Santiago y un poco más pequeñas como Nagua, ponen en evidencia que problemas como este, para enfrentarlo, solo hacen falta voluntad… voluntad para hacer posible una ciudad que ame a sus ciudadanos, como sus ciudadanos la pueden amar.

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