¡El 4% debe servir para algo más que blocks y cemento!

No quisiéramos ser aguafiestas, ni nada por el estilo, pero que la República Dominicana haya obtenido sus mejores resultados en PISA 2022 es un hecho que, sin duda, todos y todas debemos aplaudir, más no celebrar, pues todavía queda mucho camino por recorrer para lograr avanzar en la dirección que todos queremos y el país, de forma urgente, necesita.

Los números que reflejamos en el 2018 fueron simplemente alarmantes y dieron más peso a aquello de que era necesario no solo invertir en infraestructuras, sino también que había la necesidad de revisar todo el proceso de enseñanza-aprendizaje, velando siempre por cuidar y elevar la calidad de la educación dominicana, más allá del block y el cemento.

Durante mucho tiempo nuestras aulas y centros educativos fueron convertidos en comedores o espacios para que nuestros muchachos y muchachas recibieran el pan y sus meriendas, obviando que la razón de ser primaria del centro educativo es la de dar el pan, pero de la enseñanza. Recordamos que, hubo un tiempo, en el que, el debate nacional era más importante la rapidez y efectividad con que se servía el almuerzo y desayuno escolar, que la calidad de la educación que se ofrecía en las aulas.

Que, al día de hoy, el informe PISA 2022 nos posicione con un mejor desempeño en áreas evaluadas como la lectura, matemáticas y ciencias, comparados con los años 2018 y 2015 es un hecho que debemos aplaudir, sin duda, y que nos invita a seguir reflexionando sobre hacia dónde debemos continuar llevando el modelo educativo dominicano, trabajando siempre por su actualización y fortalecimiento.

351 puntos en Lectura, 360 puntos en Ciencias y 339 puntos en Matemáticas, ha sido el puntaje que hemos alcanzado como país, logrando una puntuación global de 350 puntos; un aumento significativo respecto a los 339 obtenidos en el 2015 y aún mucho mayor luego de la caída sufrida en 2018 cuando descendimos a 334 puntos.

Hay que seguir trabajando para continuar transformando el sistema educativo nacional, poniendo siempre un mayor empeño en elevar su calidad. El momento de transformar las aulas es hoy y ahora, el cambio se tiene que sentir allí y la sociedad debe ver el resultado de ese cambio en las capacidades de nuestros muchachos cuando egresan de un sector público que, necesariamente, necesita vivir trasformaciones urgentes, más allá de la inversión en infraestructura que durante muchos años se ha hecho en el sector

¡El 4% debe servir para algo más que blocks y cemento, la calidad es necesaria y llegada a las aulas no puede, ni debe esperar más!

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