¡Basta ya carajo! Yo sí pago placa y revista al Estado dominicano

El problema del tránsito en nuestro país es un dolor de cabeza que arrastramos durante décadas, sin importar cuál sea el gobierno de turno. En nuestra Constitución, en su artículo 46 se establece, cito; “Toda persona que se encuentre en territorio nacional tiene derecho a transitar, residir y salir libremente…”, sin embargo hay quienes desconocen o quieren desconocer la existencia de este derecho.

Y es que es muy triste ver cómo los sindicatos de transporte, amparados bajo su propia ley y lo permisivo durante años que ha sido la autoridad para con ellos, tienen el poder de crear el caos y someter a una zozobra de vida a quienes nos levantamos cada día y salimos a trabajar para llevar el pan a la mesa de nuestra familia.

Lo sucedido en las principales avenidas de nuestra ciudad en la mañana de hoy martes 20 de mayo del 2014 no es la excepción. Una triste historia que vivimos los ciudadanos del DN y la Provincia de Santo Domingo.

Nos luce que al nacer, a cada dominicano nos inyectan una sobredosis de tolerancia para asimilar y soportar algunas cosas, aunque debo confesar, que por la indignación que expresaron muchos en las redes sociales, creo que vamos bien y ya nos estamos cansando, estamos despertando.

Y es que al parecer las autoridades o se convencieron de que los sindicatos del transporte de nuestro país, Fenatrano, Conatra o como se llame, son los verdaderos dueños de la calle y se declararon sin competencia para someterlos a la obediencia o es que realmente se convencieron de que no existen, porque la impotencia de muchos al ver vulnerado su derecho al libre tránsito el día de hoy y la posición “negociadora” de los agentes policiales dejó mucho que pensar.

¿Cómo se puede negociar una salida “viable” con quienes están faltando al principio de libertad de tránsito que establece nuestra constitución? ¿Cómo negociar con quienes secuestraron a cientos de miles de vehículos en las principales intersecciones de la ciudad capital? Hoy las autoridades policiales y agentes de tránsito dejaron desamparados a la ciudadanía, hoy no existió justicia y mucho menos ley para quienes desconocieron derechos básicos de la gente.

Las autoridades policiales y agentes de tránsito hoy olvidaron que bajo ninguna circunstancia se puede alguien sentir, en su sano juicio, en el derecho de impedir que nos podamos mover libremente por nuestras calles, sobre todo, si aquellos que violentan nuestros derechos, son quienes NO PAGAN impuestos como nosotros, que si pagamos para poder transitar; hoy cientos de dominicanos y dominicanas nos sentimos violados y desamparados al ver que los sindicatos del transporte, los que no pagan impuestos para poder tener calles en buen estado, tienen más derechos que el resto de los dominicanos.

Mientras la autoridad buscaban una salida “negociada”, FENATRANO y los sindicatos del transporte que realizaron su paro el día de hoy, le mostraron al pueblo dominicano que si son los verdaderos dueños del país, que se sienten superiores a nuestras leyes y constitución, que se sienten en todo el derecho de decidir cuándo coartar nuestra libertad de tránsito, impidiendo que cientos de dominicanos pudieran llegar a tiempo a sus lugares de trabajo.

Lo que más indigna de todo lo que viviéramos el día de hoy es que estamos plenamente convencidos de que si la mal llamada protesta de hoy hubiera sido realizada por ciudadanos de a pie, otra fuera su historia, les hubieran sometido a la obediencia, se le hubiera aplicado todo el peso de la ley. Quizás su destino fuera incierto, o su camino fuera cierto, pero a la cárcel.

El Estado Dominicano ha tenido hoy la oportunidad de oro para poner un pare a los verdaderos dueños del país, a su boicot y violación a derechos del ciudadano, y su accionar debe llamarlos a reflexión; lo sucedido hoy debe ser llevado hasta las últimas consecuencia, alguien debe pagar por los daños causados, el Estado está en la obligación de establecer responsabilidades legales contra los sindicatos y todo aquel que se vio envuelto en este rebú.

Nos resta esperar para ver si nuestros reclamos, quejas y/o lamentaciones del día son escuchadas por alguien, como siempre, continuar nuestras vidas revestidos de tolerancia, esperando en Dios que aparezca un culpable y que el Estado aplica el peso de la Ley y hasta pueda imponer como multa la imposibilidad de transitar durante un buen tiempo por las rutas, a quienes hicieron de nuestra mañana un infierno en la tierra.

El Estado debe poner atención y mucha, porque el dominicano cuando se harta, se harta y la verdad es que en República Dominicana ya estamos JARTOS, pero de Hubieres y todos los sindicatos, sobre todo de esos que se creen que son dueños de una vía que aparte de ser pública fue construida y mantenida con los cuartos de los impuestos que todos nosotros pagamos.

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