Campañas Políticas Positivas, Negativas y Sucias; puntualizaciones necesarias.

Una vez más estamos sumergidos en un proceso electoral y la comunicación política y la importancia que esta reviste en estos y otros procesos vuelve a ser el tema en la agenda de muchos de los que estudian las agendas que llevan los Partidos Políticos de cara a los torneos electorales que por delante tienen.

Para nadie es un secreto que la Comunicación Política es un recurso elemental no solo de los Partidos Políticos que gravitan en un país, sino también de quienes aspiran a posiciones electivas, herramienta fundamental a la hora de trazarse como meta el ganarse la confianza de los votantes e incluso hacerles partícipes de la construcción de respuestas a los problemas de una nación.

Así como los electores con el pasar del tiempo se han vuelto no solo más exigentes y demandan mucho más de quienes aspiran a dirigirlos y/o representarlos, también han hecho lo propio con el ejercicio de la comunicación de los Partidos y sus candidatos, a tal punto de llevarlos a exigir que la misma sea más humana, cercana, sencilla, sobre todo si el recurso por excelencia que utilizan es el de las nuevas tecnologías de la información y comunicación que son las redes sociales.

Nunca es tarde si la campaña es buena, y una buena comunicación política es fundamental para lograr posicionar tu mensaje en el electorado. Sin embargo, hay un elemento que en la buena campaña y estrategia de comunicación, todo partido o aspirante en un proceso electoral no debe perder de vista, y es que no basta con construir respuestas junto a la gente y citarnos como ejemplos frente ellos, las palabras deben ser acompañadas de acciones tan buenas como la campaña misma, porque en la sociedad de hoy, la de la información, no se puede jugar a ser transparente, hay que serlo verdaderamente.

Y es que, así como existe una buena campaña, que va, por lo regular, acompañada de una buena estrategia de comunicación positiva, también hay campañas de comunicación negativas y sucias, y es en procesos electorales abiertos cuando estos dos últimos recursos, que pudieran parecer lo mismo, pero que no lo son, se hacen más visibles, de ahí la importancia también de establecer una diferenciación entre estos dos elementos que cobran vida durante una campaña electoral.

Mientras la campaña de comunicación positiva podría estar presentando respuestas que requieren, por ejemplo, las grandes necesidades de una nación y que las mismas pudieron haber sido construidas a partir del criterio del electorado, la campaña negativa es basada en destacar los errores de adversarios de quienes la ponen en marcha, con el único propósito de conseguir que, quien estaría hábil para ejercer el derecho al voto en las urnas acudan a ellas advertidos de las torpezas de quienes cometen “errores” que pudieran costarle mucho en el futuro cercano o lejano a la sociedad que aspira a gobernar o representar.

Para hablar de lo que significa o representa la campaña sucia, bastaría con citar a Adriano Miguel Tejada, quien hace unos años, al abordar el tema la definió a la perfección. “La campaña sucia no es más que la invención de los errores y defectos del adversario de quien la ha puesto en marcha durante un proceso electoral y su diferenciación con la negativa se basa en principios éticos y morales”.

Y esto, nada más cercano a la realidad, porque como bien decía Adriano, la campaña sucia, si bien es cierto que comparte propósito con la campaña negativa, se diferencia por un asunto ético: la campaña sucia se “inventa” los errores y defectos del contrario, y en esa virtud, distorsiona la realidad y, por ende, engaña al elector, en fin, el que la organiza sabe que está faltando a la verdad.

¿Se ha puesto en marcha en la actualidad una estrategia de comunicación negativa o de campaña sucia en el proceso actual que vive la República Dominicana? De comunicación positiva, negativa y sucia hemos hablado hoy, esta pregunta la respondemos a partir de esta primera publicación, pero en la entrega del próximo domingo.

¡Hasta entonces!

Amaury Reyna Liberato

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