El grito de Manuel Alonso; un llamado de alerta por el Medio Ambiente

Por todas las redes sociales ha circulado y con frecuencia, el comentario que sobre las cañadas y su alarmante situación, hiciera el encargado de Medio Ambiente para esta provincia María Trinidad Sánchez, Manuel Edilio Alonso.

Como si se tratara de una denuncia, Alonso llama la atención, correctamente, no de las autoridades que, como él, deben hacer frente a la situación en la que se encuentran hoy las cañadas, sino a la población, a quienes están llamados a auto generarse altos niveles de conciencia, respecto a la problemática que esta situación genera frente a la salud de quienes viven en cercanía de ellas y al propio medio ambiente.

“Cómo es posible que nuestras cañadas estén en estas condiciones. Cuándo es que vamos a cambiar como pueblo. Tenemos que crear conciencia, no podemos ser uno de los pueblos más sucio del país y no por falta de que se limpie, sino porque somos pocos higiénicos”, expresaba Edilio Alonso en su cuenta de red social en facebook, acompañada de fotografías que hasta alarman.

Lo cierto es que, sin importar los esfuerzos que las actuales autoridades han hecho para limpiar y mantener en condiciones al menos aceptables, las cañadas que atraviesan el casco urbano de Nagua y cuyas aguas desembocan en nuestros Ríos y Playas, permanecen tapadas, afectadas por la contaminación y repletas de basura.

Desde materiales plásticos, hasta animales muertos son lanzadas en todo el cauce de estas fuentes acuíferas, como si se tratara de zafacones o espacios vertederos privados de quienes a su alrededor viven, sin medir el impacto negativo que esto generará en sus propias vidas.

Si hoy María Trinidad Sánchez, en especial Nagua, no es la ciudad más limpia del país, no ha sido por falta de iniciativa por parte de nuestras autoridades, haría falta mucho más que eso para lograrlo. Es por ello que, desde este espacio, lanzamos la propuesta al liderazgo de la provincia, para que junto a los comunitarios y ambientalistas, como una forma de crear conciencia ciudadana, iniciemos juntos un programa de limpieza de las cañadas, de la mano de la gente que a su alrededor reside.

Porque al naguero hay que hacerle entender que limpio no es aquel más recoge, sino el que menos ensucia.

¡Ahora, que no es tarde, es tiempo de rescatar lo poco que nos queda de nuestro ambiente, e ir creando conciencia en las actuales y futuras generaciones, de lo beneficioso que será para todos vivir en zonas libres de basura y contaminación!

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