Estoy casi convencido de que hoy en la mañana, tu al igual que yo, te viste en la necesidad de salir un poco antes de lo normal de casa, había que evitar el caos del tránsito para poder llegar a tiempo al colegio de los niños, y luego a nuestro trabajo, pero ¿Qué sucedió?

No bastó salir unos minutos antes, nos encontramos con los mismos tapones de siempre, la ciudad habría tomado la misma decisión que nosotros, quiso ser responsable y asumir el reto de llegar temprano a sus dos principales compromisos de la mañana y no sucedió así con nuestro ayuntamiento.

La desesperación se apoderó de muchos, estoy convencido, cualquiera, los combustibles no están para nada baratos, tapones afectan no solo el medio ambiente, sino que también nuestra salud.

El caos del transporte en la ciudad es una evidencia de que esta creció y avanzó, pero su ayuntamiento no. Nuestras autoridades quedaron atrapadas en el tiempo y con ella su creatividad, se agotaron las nuevas ideas para esta nueva ciudad.

Esta nueva realidad que plantea la ciudad de Santo Domingo nos invita a inyectarle sangre nueva, poner en frente de ella gentes que den respuesta a los grandes problemas que le afectan, como el tema de los tapones, respeto a los derechos del peatón, pero sobre todo, que enfrente la falta de planificación que existe en la actualidad.

Hoy los ciudadanos estamos al grito, ausencia de la autoridad a provocado la pérdida no solo de parte de nuestro patrimonio y salud, sino que le perdimos también el amor hasta a transitar por nuestras calles y es tiempo de que cambiemos esto.

¡Hey, tu, ahí de donde estas leyéndome, levántate, actúa y revoluciona tu hábitat! Es hora de inyectar sangre nueva a tu ayuntamiento, de cambiar tu actitud, de hacer que tu ciudad siga sus cambios y de hacer avanzar nuestro ayuntamiento, así como ha avanzando ella.

Si actúas revolucionamos y si revolucionamos logramos construir un Santo Domingo que sea para todos.