Como todo aquel que se presenta a un proceso y no es favorecido, me fui a mi trinchera a reflexionar las razones por las que no fuimos escogidos y a analizar, como buen perdedor, cómo aportar en la construcción de la universidad que desearía tuvieran mis hijos, desde una oposición constructiva; desde allá, a lo lejos, doy seguimiento a todo cuando acontece en nuestra academia, sorprendentemente, no pasa un día sin que me pregunte ¿Cuándo terminará la campaña?
El pasado 15 de febrero se escogió un Rector, la UASD decidió por el profesor Grullón; lo que no alcanzo a entender es por qué la campaña continua, por qué continúan los “enfrentamientos” estériles, por qué seguimos enfrascados en enfrentar a tal o cual, si más bien deberíamos dedicarnos a construir consenso necesario para alcanzar fundar la UASD que queremos y que el país necesita.
A mis queridos amigos y amigas de la UASD me resta sugerirles que nos detengamos un minuto a pensar, tomar un poco de agua y repensarnos. Hay que aprender a cerrar y/o concluir procesos. La campaña termina, los no favorecidos por el voto del electorado pasamos a la reflexión y a ver cómo desde donde nos encontremos aportamos en la construcción de esa UASD que deseamos; mientras, a los que les tocó “gozar” del ejercicio del poder, deben dar el siguiente paso, asumir la transición que corresponde de candidato a autoridad y a los de abajo pasar a jugar su rol; el de colaborador, funcionario o amigo de una gestión.
Mucho lo decía en la UASD y en otros medios; cuando pasa la tormenta, la UASD queda, porque la UASD somos todos, aunque reconozco que muy pocos conocen el valor de ser prudentes en la victoria, al igual que muchos otros no han sabido ser tolerantes en la derrota, suele pasar… Lo cierto es que la UASD continua y la sociedad espera mucho de ella y de quienes la dirigen.
Es tiempo de entender que la campaña pasó y hay que dejarla allá, en el recuerdo y referente para la historia y construcción de un futuro y un proceso de campaña mejor para la propia universidad… La UASD espera mucho más de todos, los que gobiernan y los que desde su trinchera aportan a construir el sueño de una mejor UASD, esa UASD con las que hemos soñado todos.
Dejemos los enfrentamientos atrás, un ramo de olivo es necesario, que se respire amor y paz… por la UASD que queremos, el país necesita y nuestros hijos tendrán.