Pesadumbre e incertidumbre ante muerte de Chávez

«Si Chávez fue capaz de levantar la bandera de Bolívar, 200 años más tarde, al chavismo le toca levantar la bandera de Chávez 14 años después»

El pasado martes fue anunciado el deceso del Presidente Hugo Chávez Frías a las 4:25 de la tarde, hora de Venezuela. Previo al anuncio de su partida se crearon todas las condiciones políticas para hacer el anuncio al pueblo venezolano que hacía días vivía constantes momentos de intranquilidad e incertidumbre.

La muerte física de Chávez supone un panorama político, económico y social mucho más complejo que el que se vivió en la segunda fase de su enfermedad terminal, pues en dicho periodo, el mandatario se vio obligado alejarse del ejercicio del poder. no solo en Venezuela, sino en toda Latinoamérica..

Desde el año 1998, Chávez trilló una carrera política de grandes aciertos, tanto en Venezuela como en el mundo. A sabiendas de las grandes debilidades políticas del sistema Venezolano, creó un liderazgo personal frente al pueblo y sus acólitos más cercanos, para que en su ascenso al poder, el respaldo de los suyos y la venia de los que ejercían el liderazgo local ya existente, le permitiera producir los grandes cambios que, a su juicio, necesitaría la hoy República Bolivariana de Venezuela para lograr un Estado social, democrático y de derecho sólido e innovador, pero sobre todo más justo y fuerte.

Chávez lograría en pocos años ver iniciada su obra de hacer de Venezuela una sociedad con mayor equidad social y más próspera, con sus luces y sombras. Exitosamente, en la trayectoria de su mandato continúo sembrando y cosechando frutos hasta lograr expandir su liderazgo a toda Latinoamérica, logrando llegar hasta oriente medio. Sin embargo, ni el mismo Chávez pensó en aspectos negativos de aquel sistema y liderazgo político-personal desarrollado por el. Chaves olvido que el secreto de la eterna juventud sigue siendo un mito, la inmortalidad inexistente y que solo las ideas e ideologías quedan. Al final, todos partimos y transitamos el triste camino de la muerte.

Hoy para Latinoamérica y Venezuela todo el panorama es sombrío. Muchos apostamos a que el Chavismo no muera, sino que perfeccione, a que quienes le acompañaron en esta titánica tarea de construir una nueva República puedan continuar y mejorar su obra, pero los constantes logros y la consolidación de la oposición a Chávez, la injerencia de otros países en procesos conspirativos muy claros y la propia incertidumbre en sus acólitos sobre su sucesor en el poder, pone en tela de juicio esta posibilidad.

Llegó la hora de que Venezuela y Latinoamérica demuestren el mito o realidad de aquella tesis que platea que solo Chávez garantizaba el poder y la continuidad de su obra, en una clara crítica a su sólido pero personalizado liderazgo.

Con la desaparición física del Presidente Hugo Chávez, se inicia un proceso en Venezuela que desvelará la realidad política de su liderazgo, veremos entonces si se preparó o no en algún momento para abandonar o alternar el poder en su país. Su más cercana evidencia de delegación de poder se produce este día, cuando al partir a Cuba expresa; «Me voy, y el alto mando político no lo entrego, sino, lo delego; y está en buenas manos, ahí está Nicolás”.

El liderazgo de Hugo Chávez fue profundo, innovador, eficiente, hueso duro de roer, pero a su vez fue muy personal, hoy sus acompañantes en su labor política tienen el reto de ponerse de acuerdo. Ojalá que ellos no se debiliten, que no se desgasten y tengan la atinada conducta de dejar de lado las clásicas ambiciones desmedidas guardadas en los anaqueles de un recuerdo vivo de lo que quisiéramos ser. Esperemos que los que se sentaron a trabajar por y para Chávez y aquellos que esperaron su muerte o aquellos que apostaron a su fracaso en silencio, en la oscuridad de sus almas vean aún después de la muerte de Chaves, la grandeza de un líder que nace pocas veces en el mundo.

Hoy el reto del chavismo en Venezuela es demostrar si es cierto o no, la existencia del proyecto nación-partido. El mundo lloró la partida del comandante en jefe, eso evidencia que la partida de Chávez ha causado preocupación, intranquilidad y un gran pesar en el mundo, hasta en quienes le adversaron.

En medio de esta incertidumbre y gran pesadumbre que nos deja la partida física del gran Chávez, a Maduro y el chavismo, les toca asumir la tarea de demostrar que el chavismo no morirá y que real y efectivamente Chávez serán todos, para así unidos poder enfrentar a un fortalecido Capriles, hoy representante de los “caprichos” de una fiera, dura y hasta mezquina oposición.

Que Chávez sea como nuestro Duarte, Bosch, Caamaño y otros, que partieron físicamente pero sus ideas e ideales penetraron tan fuerte en nuestro corazón, sangre y cuerpo que vivirán por siempre en cada uno de nosotros. ¡Inmortalicemos a Chávez, parte a destiempo, pero su legado viva por siempre!

Twitter: @AmauryReyna

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