Sobre el caso de Faustino Pérez tengo poco que aportar, pues ya en el pasado he planteado mi posición al respecto. Ahora bien, partiendo de las decisiones emanadas del Consejo y de la Actual rectoría de la UASD, que al parecer quieren dar un ejemplo de moralidad al sancionarle, mientras a lo interno, son estos actores los mismo que han corrompido nuestra universidad, debo precisar que espero se conozca también el caso tan mencionado por mí respecto a la profesora Camacho.

Han pasado largos meses desde que se formulara la denuncia y esta es la fecha en que aún se han escuchado las partes. El mismo Decanato que hoy logra la sanción de Faustino, en el pasado tomó una decisión, aunque al día siguiente fue irrespetada por ellos mismos al mantenerle a la “Profesora” su carga docente y no aplicar de inmediato las sanciones establecidas.

El tiempo transcurre y los perjudicados aún siguen esperando la aplicación de la norma establecida por el Consejo Técnico de la Facultad, aún esperan para ser escuchados, esperan que un abogado sepa bien COMO, CUANDO Y DONDE APLICAR JUSTICIA.

Al notar el silencio y la dejadez frente al caso en cuestión y el interés marcado en hacer cumplir la voluntad de un decano, tal vez para poder contar con su voto en el recién comprado Consejo Universitario lleva  a que formule algunas preguntas y que espero puedan ser respondidas…

¿Cuánto le habrá costado a Humanidades la sanción de Faustino? ¿5 millones de pesos aprobados en préstamos en ese mismo consejo? ¿Favores políticos a la actual Rectoría? ¿Una operación más de supermercado en momentos en que necesitan COMPRAR el consenso para aprobar las tan mencionadas reformas?

No tengo la menor intención de convertirme en abogado de PROFESOR ALGUNO, sin embargo lucharé por que las leyes, normas y reglamentos, le sean aplicados a la generalidad de los que la infrinjan… LA LEY FUE HECHA PARA TODOS, NO PARA ALGUNOS.